Introducción

Nuestro insaciable anhelo de abarcarlo todo, incluso lo inabarcable, nos lleva a buscar verdades universales, incluso eternas. Y, por más que parezca un cuento de ciencia ficción, nos hemos subido a un trencito al que bauticé como extra-universal. Este trencito de ideas superficiales nos ha metido en un laberinto de ansiedad y neurosis, porque ansiar lo que está más allá de nuestras capacidades es como querer comerse un churrasco de dos kilos en una sentada. En este artículo, trato de entender por qué la humanidad busca inspiración en lo inalcanzable, en esa estrella fugaz que por más que estiremos el brazo, no podemos tocar. Si logramos entender y aceptar esto, quizás podamos comenzar a transformar nuestra forma de ver el mundo y entender qué significa ser realmente humano, más allá de las pantallas y las luces de neón.

El Mundo Entre Nuestras Sinapsis
El Mundo Entre Nuestras Sinapsis: Destaca nuestra creencia de que podemos comprender y abarcar todo el conocimiento del mundo.

¿Por qué pensamos que podemos saberlo todo?

Tenemos una imagen del mundo tan inflada como un globo de fiesta, creemos que no existen límites para nuestro conocimiento. Pensamos que solo es cuestión de tiempo para desenmarañar el universo y más allá, como si fuésemos los protagonistas de una película de aventuras. Hemos llegado a pensar que nuestras verdades son como montañas inamovibles. Pero, che, ¿de dónde viene esa seguridad tan férrea que hemos interiorizado? ¿Será que nos creemos semi dioses? La respuesta podría estar en lo que yo llamo consciencia infantil, una especie de razonamiento que, como un pibe prodigio, no solo cree que sabe todo, sino que además se confunde entre realidad y fantasía, como si viviera en un constante sueño lúcido. Esta conciencia, producto de las últimas etapas de la evolución humana, es tan inmadura y engreída como un adolescente en la cima de sus hormonas, totalmente ajena a sus propias limitaciones, y más perdida que turista en laberinto.

Cabalgando en el Caballo del Razonamiento
Cabalgando en el Caballo del Razonamiento: Una figura humana montada en un caballo de madera, simbolizando nuestra montura en la razón y el conocimiento, pero a la vez, nuestra desconexión de nuestra naturaleza interna y primigenia.

Aceptando nuestras dos caras

Le hemos dado tanta bola a nuestra lógica analítica que hemos terminado creyendo que ya hemos llegado al Everest de la conciencia humana. Pero, tal como le pasó a Ícaro, nuestra soberbia nos ha hecho olvidar que nuestra capacidad de razonar seguirá evolucionando. Nos hemos subido al caballo de la razón y del conocimiento que esta puede darnos, pero al hacerlo hemos terminado despreciando nuestra naturaleza más interna y primigenia, esa que nos ha traído hasta donde estamos hoy. Y eso, amigos, nos está costando caro: nos genera neurosis e infelicidad, porque siempre estamos mirando afuera y más allá de nuestro horizonte de posibilidades, como el gaucho que no puede dejar de mirar la pampa. Por eso propongo que bajemos del caballo y aceptemos que nuestro cerebro no está diseñado para entender el cosmos en su totalidad, sino para entender aquello que experimentamos intuitivamente. Esta humildad nos permitirá mirar hacia adentro y reconocer ese pasado que aún vive en nosotros. Es como hacer las paces con nuestro niño interior, lo que nos permitirá explorar nuevas formas de conocimiento, que se expresan de formas más simbólicas y aceptan que las cosas pueden ser interpretadas de diferentes maneras.

El Rompecabezas de la Intuición y la Lógica
El Enigma de las Piezas: El Rompecabezas de la Intuición y la Lógica, un rompecabezas incompleto con piezas que representan la intuición y la lógica, mostrando la necesidad de combinar ambos elementos para lograr una comprensión más completa.

Personajes que dieron en el clavo entre la lógica y la intuición

Tenemos varios personajes de la historia que lograron un equilibrio pirata entre la lógica y la intuición, casi como si bailaran un tango perfecto:

Albert Einstein: Más allá de ser reconocido por sus aportes a la física teórica, este genio es famoso por su amor por la intuición y la imaginación. Lo dijo clarito: "La lógica te llevará de A a B. La imaginación te llevará a todas partes". Einstein siempre contaba que sus ideas teóricas surgían de "experimentos mentales" intuitivos, lo que demuestra que sabía bailar entre la lógica y la intuición.

Steve Jobs: El cofundador de Apple Inc. es otro caso curioso. Jobs siempre remarcó la importancia de seguir la intuición. Tenía un don para saber lo que los consumidores querían antes de que ellos mismos lo supieran. Aunque no todo era intuición, también aplicaba la lógica y el razonamiento en su enfoque de ingeniería y diseño, haciendo productos que no solo eran innovadores, sino prácticos y fáciles de usar.

Carl Gustav Jung: Jung, psicólogo y psiquiatra suizo, hizo grandes aportes para entender la psique humana. Enfatizó la importancia de equilibrar lo que llamó los procesos de pensamiento (lógica) y sentimiento (intuición) en la personalidad humana. Sus conceptos de arquetipos, el inconsciente colectivo y la individuación son resultado de ese baile entre la lógica y la intuición.

Søren Kierkegaard: Este filósofo danés es considerado el padre del existencialismo. Sus obras exploran la tensión entre la fe (intuición) y la razón (lógica), y argumenta que para encontrar un verdadero significado en la vida, uno debe hacer un "salto de fe" y trascender la lógica pura. Como quien salta al vacío esperando que haya una red abajo.

La Desconexión Neón
La Desconexión Neón: Un paisaje de luces de neón y pantallas electrónicas que se reflejan en el agua, mostrando nuestra obsesión con la tecnología y cómo nos alejamos de la exploración interna.

¿Y cómo aplicamos todo esto en nuestra vida cotidiana?

Gran parte del estrés en nuestra vida diaria viene de pensar que nuestro conocimiento no tiene límites. A esto, repito, lo llamo "consciencia infantil", un fenómeno que se ha instalado en los últimos 100 años como un moco en la nariz. Pero podemos combatirlo si consideramos lo siguiente:

  • Reconocer y aceptar nuestras limitaciones: No hay que forzarse a entenderlo todo, es como querer tomar mate con una bombilla rota. Valorar lo que sí sabemos y buscar expandir nuestro conocimiento dentro de nuestras capacidades.
  • Equilibrar la lógica y la intuición: A veces ponemos a la lógica en un pedestal y nos olvidamos de la intuición. Hay que buscar un equilibrio, como en una buena receta de pastel.
  • Practicar la humildad: Reconocer que somos humanos con una comprensión y una consciencia limitadas, es como darse cuenta de que uno no puede ganar siempre en el truco.
  • Fomentar el autoconocimiento: Mirar hacia adentro y reconocer nuestras tensiones internas puede ser tan útil como limpiar el polvo debajo de la cama.
  • Revisar nuestras metas y expectativas: La ambición de conocerlo todo es tan contradictoria como un pingüino en el desierto. Hay que revisar nuestras metas y expectativas, asegurándonos de que sean realistas.
Reflejando Tensiones Internas
Reflejos Fragmentados: Un espejo fracturado con diferentes reflejos de la misma persona, representando la necesidad de mirar hacia adentro y reconocer nuestras múltiples facetas y tensiones internas.

Conclusión

Entonces, lo que planteo es que necesitamos confiar en la lógica analítica y en la intuición, buscar que ambas se lleven bien como dos buenos vecinos, así podremos estar en equilibrio con nosotros mismos. Hemos estado viviendo en una gran contradicción, como un perro que se persigue la cola. Debemos, por lo tanto, definir nuestros límites y ajustarnos a ellos. Nuestra mente está estructurada para entender un tiempo que no se expande mucho más allá de nuestra vida, quizás un poco más gracias a las historias que nos contaron nuestros abuelos. Pero si nos alejamos de esta experiencia, queriendo ir más allá en el tiempo y en el espacio, es como si tratáramos de correr una maratón sin entrenamiento.

Aceptar que nuestra consciencia todavía está en pañales será el primer paso para cambiar nuestra percepción de lo que es verdadero. Reconocer nuestras tensiones internas nos acercará a un entendimiento más completo, como un rompecabezas que finalmente se termina.